El Milano ‘Rosendo’ y sus ‘maneras de vivir’ sobre Valencia de Don Juan
El Milano Real ‘Rosendo’ entra en los cielos de Coyanza casi a diario y en solitario. Siempre el mismo circuito: Del Palomar de Llamazares al de Los Agustinos sobre las altas paredes de arcilla del paseo del río.
Su majestuoso planear es relajante a la vista, con los rayos del sol sobre un plumaje que aparece como con mechas rubias también en su parte superior, la que mira al cielo.
Le hemos observado y el grueso de sus capturas las consigue sobre tejados del casco urbano, las de palomar se le ponen más difíciles, casi imposibles.
Si vienen dos o tres como él, suelen ir en parejas como los lucios en el río, regulan la población de palomas en menos de un año.
El milano es uno de los que más ‘trabaja’ de la comarca. Gracias a su ‘vista de águila’ puede volar planeando sobre las térmicas de aire sin gastar más energía que la de la salida del nido y la del ataque con sus garras de rapaz eficaz.
En el campo acaba sobre todo con ratones y aves debilitadas. Limpia tanto y tan bien que goza de la protección de la directiva de aves de la Unión Europea.
‘BOCADILLO’ PARA EL VIAJE
Y no para con cada captura; continúa el vuelo en busca de otra pieza mientras con una garra mantiene agarrada a la pieza que va devorando como el que lleva un bocadillo ‘de viaje’. Si se pone otra a ojo, tiene la otra garra libre.
‘Rosendo el Milano’ es sencillamente un ser vivo coyantino espectacular que tiene su ‘manera de vivir’ en la conquista de territorio urbano; un ‘alimerka’ muy particular. Es un Milano Real, de realeza: Un Milvus Milvus. REDACCIÓN/FOTO ARCHIVO ÁNGEL MORENO
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