ADICCIÓN Valmadrigal en el BAR OASIS
¿Qué ponemos de tapa? Si escucha esta pregunta es que está en uno de los bares de chateo más ubérrimos del pueblo: El Oasis, de coyantinos finos.
Y es que lo es, debajo de sus ‘palmeras’ se respira relajación, es como un sitio de esos ausente de malicia, donde hasta los malos se convierten en hombres buenos.
OASIS DE CONYANTINOS FINOS
La razón principal es precisamente el chateo y el espacio amplio, con salón al fondo, siempre presidido con mesas amplias, sillas fuertes, ventanales de cuarterón, una gran pantalla digital con contenidos de calidad alejados de la telebasura ruin y una terraza tan recta como el Tren Burra que recorría la comarca antaño desde Valderas hasta Palanquinos con Valencia de Don Juan como Eje sobre lo que gira todo en este centro del universo de Los Oteros y La Vega media del Esla.
OASIS DE LOS HOMBRES Y MUJERES BUENOS
Es en este oáisis donde coyantinos finos, y pispos, disfrutan del Castillo de Valmadrigal, un rosado de la endémica uva prieto picudo: Un clarete adictivo. Es el vino perfecto para el chateo. Y engancha. REDACCIÓN
RUTA AL BAR Al Oasis se llega al salir por la parte alta de la Calle Mayor de Valencia de Don Juan, subiendo por la cuesta de Los Agustinos; y cuando empiezan los tilos, a la izquierda cruzando por el paso de cebra: Y ya se ve. Hay peluquería al lado.
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